Sí, yo estaba enamorada y nadie podía evitarlo. Ni la nevada más grande de la historia, ni el tsunami más grande, ni el terremoto más potente. No, mi amor por él iba creciendo cada día más; si lo veía paseando por los pasillos, si lo observaba acomodarse su hermoso y perfecto cabello, aún si lo miraba besando a su novia; aún así, yo lo amaba. Pero claro, que en toda historia de amor debe de haber esa bruja malvada, fea y despiadada que hace todo lo posible para que los protagonistas no estén juntos, en este caso, en mi cuento lo era Ashley, o como a mí me gustaba llamarla: “Nacashley”, y cada vez que la veía o pensaba en ella, me la imaginaba muriendo ahogada en Lago de la Muerte de mi cuento, siendo devorada por los Caníbales de un solo ojo y seis brazos, o siendo desaparecida de la faz de la Tierra por el Hechicero Azul de sombrero gracioso y barba de color verde azulado. Y después de que ella muriera mi caballero dorado, (ya que no creo en los príncipes azules…) vendría a romper el hechizo de cadena perpetua al que ella me había condenado: “ni en un millón de años encontraréis el verdadero amor, ni siquiera a alguien que se apiade de ti para que te salve de este hechizo perpetuo…” pero él lo había logrado… él me había rescatado de este embrujo cruel al cual yo había sido condenada durante toda la eternidad, y entonces supe que sí le importaba a alguien y que me amaba de tal forma que pudo romper un hechizo de cadena perpetua y quedarse con mi amor por el resto de la eternidad…
Sí, tengo sueños, ilusiones y pensamientos cursis como toda adolescente de 16 años. Claro que solo eso pasa en los cuentos, no en la vida real. Aunque todavía tengo la esperanza de que algún día Ashley desaparezca de la faz de la Tierra o que al menos se ahogara en el lago del parque Piston…
Yo se que a mí no me creerían capaz de matar a nadie… pues están equivocados. Yo soy la culpable de la muerte de Ashley Jefferson y del luto eterno de Taylor Swore. Tengo el recuerdo de ese día tan grabado en mi memoria: sus gritos de horror pidiendo ayuda, sus brazos delgados manoteando por el aire como fiera sin control, sus uñas con maniquiure francés siendo destrozadas, rasguñando la puerta en su intento por escapar… tan solo de acordarme, me da risa y tengo un sentimiento, no de culpa ni remordimiento, si no de placer.
Ashley estaba tan contenta paseando por el centro comercial tratando de buscar un vestido para el baile de invierno a la cual había sido invitada por mi caballero dorado: Taylor, yo sabía que ella tenía en mente un vestido de color rojo dinamita, para atraer la atención de todos desde que salía de la puerta de su casa, hasta que terminaba el baile y salía del brazo de otro muchacho, y no estaba pensando en Taylor.
Recuerdo el momento justo de su muerte y que la había estado planeando desde el año anterior pero que hasta ahora me había atrevido a cometer. Yo tenía la idea de ahogarla en la fuente que tenía a dos delfines besándose… pero todos me verían haciendo mi cometido y pronto terminaría en la cárcel, aunque he pensado muchas veces en ella y no suena tan mal… también había pensado en matarla con una navaja en el probador número 4 de su boutique favorita… este era el lugar perfecto. Y estaba decidida, la iba a matar en el probador no. 4 de esa tienda. Yo no tenía planeado ir al baile, aunque ya no era de extrañarse ya que nadie lo había hecho desde que entré a la secundaria y no creo que algún muchacho cambiara de idea y en lugar de invitar a una de las integrantes del grupo de porristas invitaran a la chica pelirroja, delgada y sin reputación alguna al baile de invierno. Es más, no creo siquiera que supieran de mi existencia, y mucho menos el deseado Taylor Swore. En mis sueños, yo iba a ir con él al baile e iba a llevar un vestido color amarillo brillante, descubierto de un hombro y con una enorme flor azul en la cinta del hombro cubierto… ese era mi vestido soñado. Yo estaba tan ocupada en mis pensamientos que no había notado que Ashley ya estaba dentro de la boutique “Just Beauty”, ¡¡¡odiaba tanto ese lugar!!! Sin contar que un día me habían corrido de allí por, según las dueñas de la tienda, “no ser de la categoría para poder entrar”, y como no, si las dueñas de la prestigiosa boutique eran, ni más ni menos que las tías de Ashley Jefferson: Monique Pettinson e Isabelle Rouxest, esta última francesa. A mí me daban asco los franceses. Ya que, aunque mis abuelos lo eran, nunca me habían agradado, ni siquiera mis propios abuelos; tal vez por su sarcástico humor o solamente por ser otro tipo de personas. Táchenme de loca, discriminativa o imbécil, de todas maneras ya no me importa porque muy pronto todos estarán en un lugar en donde se estén arrepintiendo de todo lo que hicieron en sus vidas. Sé que me estoy pasando demasiado, pero esta es la única forma en la que puedo desahogarme, ya que yo nunca he tenido esta bella y grandiosa oportunidad.
Ahora que me he desahogado un poco, terminaré de relatar lo que más disfruté en toda mi vida… ya que, si, yo estoy muerta.
Ya que ella había entrado a la boutique, yo tenía que encontrar una forma de poder entrar también, ya que, como ya había dicho, a mí me habían corrido de ese lugar hace algún tiempo; tan solo esperaba que ya no se acordaran de mi. Y como fue, ellas ni siquiera recordaron aquella ocasión en la que me echaron del lugar ese, y fácilmente pude entrar y esconderme detrás del mostrador de tiaras de diamantes. Pero para mi mala suerte, Ashley ya había entrado en el probador 4, y salido con un vestido puesto: me detuve por un momento a contemplarla… su vestido era tan bello, era un vestido color verde limón el cual tenía un gran escote en la parte delantera… y esto no le pareció a su tía Monique: -¡Pruébate otro vestido! Ese no me gusta-. Protestó mucho, ya que, según ella, con ese vestido parecía una princesa. En mi opinión… parecía una ramera.
Ultimamente a estado pasando sobre mi mente (y mis manos) una guitarra de juguete con botones: uno verde, otro rojo, amarillo, azul y naranja... No es una guitarra cualquiera, es un instrumento elemental para jugar... GUITAR HERO! El mejor videojuego de música jamás inventado para el hombre (y la mujer)!!! 
Mi favorito hasta ahora es el "Guitar Hero: Leyends of Rock" Y, aunque no paso del nivel "medio", se ha convertido en una nueva obseción!! 
